Todo cambia, todo se transforma, todo se degrada; este es el devenir natural de las cosas. La dinámica del cambio es constante. La transformación es fundamental para el crecimiento y la adaptación, mientras que la degradación enfatiza la fragilidad de la existencia. Al entender este ciclo vivimos la impermanencia, fomentando una visión más profunda de la vida, dispuestos a nuevas experiencias, convirtiendo un atisbo del final en un nuevo comienzo ... cambio de estado