El último que apague las luces luces

12.10.2024

Tras el fallecimiento reciente y la lectura de un artículo obituario por parte de Violeta Garrido (Investigadora en la Universidad de Granada) - Razones para leer a Fredric Jameson, andaba revuelto pensando de que manera interpretar el pensamiento de Jameson en la fotografía de Naturaleza. Ya el término en si mismo, fotografía de Naturaleza, así con mayusculas, me incomoda, por claustrofóbico. Porque no sé como denominar a la fotografía que se practica en la naturaleza y con la naturaleza como  materia prima, sin tener nada que ver con la fotografía de fauna salvaje y de creación de paisajes naturales. 

 

Volviendo al asunto. Si los artefactos culturales, como plantea Jameson,  se desenmascaran como “actos socialmente simbólicos”, y que "la cultura opera proponiendo resoluciones imaginarias o simbólicas de las contradicciones sociales reales que se encuentran en la vida cotidiana", cómo se manifiesta esta idea en la producción de las imágenes fotográficas en el ámbito de la naturaleza. 
Concretamente pensaba en la situación de deterioro medioambiental que vivimos y el impacto en la salud mental del individuo, y por ende de la sociedad. Como se estaba plasmando esa realidad social angustiosa en su forma cultural que es la fotografía. Porque la impresión que tengo al ver fotografías de la naturaleza es que hay una cierta, no voy a decir negación, pero si un ponerse de perfil con la situación. Seguimos ensalzando la belleza, la grandiosidad,  la espectacularidad, y no parece que el estado de las cosas cause ningún tipo de ecoangustia o solastalgia. 
Seguimos actuando como si los actos no tuvieran repercusiones y esperando que se resuelvan los problemas por sí solos. 

Y efectivamente, esta forma de actuar es perfectamente trasladable  la realidad política, social, en la que vivimos, en la cultura que vivimos y de la que nos alimentamos, mental y físicamente. Para la mayor parte de la población es mayor la preocupación por llegar a final de mes que por el fin del mundo. Son tantas las ocasiones en que nos hemos alertado con emergencias inmediatas que no terminaron de producirse, son tantos los finales catastróficos con final feliz de las películas, otro artefacto cultural, son tantas veces que nos han contado el cuento de Pedro y el lobo, que finalmente nos hemos terminado por descreer. No será para tanto.
Pensamos una cosa y hacemos la contraria. Y cada vez se nos hace más necesario ir más lejos, a lugares más recónditos, más prístinos, para obtener esas imágenes únicas, que van ampliando el impacto de nuestras actividades. Al no ver una probable solución a los problemas, relajamos las expectativas y nos entregamos. Parece inevitable ser incongruente en este sistema que hemos construido. El último en salir que apague las luces, que se nos derrite el polo; al helado, me refería.
Una imagen es un emoción expresada.creado en Bluekea